Hace cuestión de dos años me contaste que andabas ¨pachucha¨, esas fueron tus palabras para contarme que el cáncer había llegado a tu vida. Fue un momento que no olvidaré porque mientras yo pensaba que cómo le podía pasar esto a alguien tan joven y con tanta energía como tú, a la vez te ponías el mundo por montera y el lema de ¨Lado izquierdo, lado fuerte¨ se convertiría en tu lucha diaria. Una zurda de oro la tuya, tantas veces que te vi meter triples siendo una niña… pero llegó el día más importante de tu vida y metiste el triple de tu carrera. Confieso que llore al ver el vídeo que me mandaste con todos los sentimientos que se te pasaron por la cabeza en ese instante, porque nadie sabe lo que sentimos por este deporte y gracias a ello te marcaste un objetivo, volver a sentirte jugadora de baloncesto, y créeme que lo has cumplido con creces. El bichito no va a poder contigo ni con tus fuerzas, porque cuando por un instante tienes en el balón entre las manos olvidas todas las sesiones de quimio, de radioterapia y las horas interminables en el hospital.
El sábado fue un día especial para mí, llevaba una camiseta que ponía tu nombre LOTY EGUSQUIZA, y cuando mi entrenador me dijo que saltase a la cancha y que te sacase a jugar, tuve mil emociones, sentí esa fuerza que te hace tan guerrera.
Y aunque el resultado no nos acompañase y perdiésemos esa semifinal, me quedo con el momento en el que, por unos minutos, volvíamos a la cancha juntas como siempre hemos dicho.
No quiero olvidarme de tu familia, porque también que eres tú la que tira del carro de todos y les das ánimos, ¡así de fuerte eres!
Solo espero una cosa, que la próxima vez estemos juntas delante de la línea de 6,75 y lleves esa camiseta, juguemos juntas como tantas veces hemos dicho. Ese es mi sueño, verte sana y feliz dentro de una cancha. Recuerda que eres invencible.
Sara Vega
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